Cruces contigo en la enfermedad renal: |
Como sabemos, los riñones son los encargados de elaborar la orina y a través de ella, eliminar los productos de desecho. Además, ayudan a controlar la presión arterial así como a fabricar los glóbulos rojos y a mantener la salud de nuestros huesos. Cuando dejan de funcionar correctamente aparece la enfermedad renal .
La enfermedad renal crónica se define como la disminución de la función renal o la presencia de un daño renal persistente durante más de 3 meses. Actualmente, se calcula que afecta aproximadamente a un 10% de la población adulta.
La edad avanzada, la historia familiar de enfermedad renal crónica, la obesidad, la hipertensión y la diabetes son algunos factores de riesgo para tener una enfermedad renal crónica. Pero también puede ser debida a obstrucciones o infecciones renales de repetición, enfermedades autoinmunes y al uso de algunos fármacos (entre ellos los antiinflamatorios, como por ejemplo el ibuprofeno, de uso muy frecuente, y muchas veces sin una prescripción médica )
Hay cinco fases o etapas en la enfermedad renal. Las iniciales pueden ser asintomáticas. En la última, el paciente necesitará diálisis o transplante renal.
En sus fases tempranas es frecuente y de más fácil tratamiento. Sólo una pequeña proporción de enfermos evoluciona hacia la insuficiencia renal terminal con sus complicaciones asociadas y la necesidad de un tratamiento renal sustitutivo. La evolución hacia la pérdida de la función renal tiene un curso progresivo, en el que podemos influir mediante una actuación precoz sobre sus principales causas: la hipertensión arterial y la diabetes mellitus.
Tanto si tiene factores de riesgo como si ya presenta una enfermedad renal crónica es muy importante que tenga en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Controle de forma periódica la tensión arterial y la glucemia en sangre (es decir, el azúcar)
- No fume
- Mantenga estilos de vida saludables: realice ejercicio físico moderado, limite la ingesta de alcohol y sodio y evite la obesidad.
- Evite la automedicación y los fármacos que puedan lesionar los riñones, como los antiinflamatorios de uso común.
- Revise con su enfermera o con su médico los fármacos que puedan producir un aumento del potasio.
- No se someta a pruebas con contraste radioactivo que no sean imprescindibles.
La dieta es fundamental para mejorar el control de la función renal y disminuir el riesgo cardiovascular :
- En las etapas iniciales es importante disminuir la sal para controlar mejor la tensión arterial
- Si la enfermedad renal crónica avanza, deberá disminuir la cantidad de proteínas, así como de fósforo y de potasio
Fuente: Osakidetza
Para más información puede pulsar en esta guía para pacientes
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