divendres, 31 d’agost del 2018

Chequeos anuales: ¿son necesarios ?

Tras las vacaciones de verano volvemos a ponernos en marcha. Con la llegada del nuevo curso son muchos los objetivos que nos solemos plantear: empezar de nuevo con el ejercicio (aunque las vacaciones siempre es un buen momento para practicarlo) y tratar de recuperarse de los excesos cometidos durante estos días de relax. En este sentido muchos pacientes acuden a nuestras consultas solicitando  análisis por aquello de que "una revisión al año no hace daño". Y nos surge una pregunta: ¿es necesario realizar analíticas de rutina a pacientes sanos sin ningún síntoma ni situación de riesgo?

Los chequeos anuales en gente sana nacieron con la idea de detectar factores de riesgo y enfermedades en fase inicial. La idea es buena aparentemente. Sin embargo, lo complicado es determinar quién los necesita y qué es lo que debemos revisar. Recientemente han aparecido diversos artículos médicos que nos advierten sobre los posibles efectos no deseados de realizar chequeos de forma indiscriminada y que podrían contradecir uno de los principios de la ética médica "primum non nocere " o, dicho en castellano, "lo primero no dañar". Uno de los ejemplos frecuentes que encontramos en nuestras consultas es el de los adolescentes o adultos jóvenes, sanos y asintomáticos que acuden solicitando analíticas de rutina. 
Sobre este aspecto hay algunas cosas que parecen claras :

- Parece que los chequeos anuales de forma indiscriminada a toda la población  no tienen mucho sentido. Son excesivos y en muchas ocasiones conllevan la aparición de lo que en medicina llamamos falsos positivos, es decir la aparición de  falsos signos de enfermedad, que obligan a la realización de pruebas complementarias probablemente innecesarias en personas sanas . 

- Ningún chequeo, por mucho que incluya  un elevado número de pruebas, puede asegurarnos al 100% que estamos libres de enfermedad o determinar futuros cambios que pueden producirse en nuestro organismo.

- Lo sensato sería valorar a cada paciente y establecer si pertenece a algún grupo de riesgo para determinar que actividades preventivas deberíamos tener en cuenta.

- La vacunación, seguir recomendaciones sobre estilos de vida saludables y evitar factores de riesgo como el tabaco o el alcohol, son medidas mucho más efectivas que los chequeos indiscriminados que no han demostrado reducir la mortalidad .

- En este sentido en atención primaria seguimos las recomendaciones del PAPPS (Programa de actividades preventivas y promoción de la salud), en el que se especifica cuáles son las actuaciones preventivas necesarias en función de los grupos de edad y de los factores de riesgo. 



A nuestro paciente, joven , sano , y que no pertenece a ningún grupo de riesgo y que acude a nuestra consulta presa de los remordimientos tras los excesos veraniegos ,le diríamos que seguir un estilo de vida saludable ,comiendo con moderación y valorando la calidad de los alimentos  , practicar ejercicio físico y evitar factores de riesgo , como el tabaco y el alcohol ,es sin duda  la mejor medida preventiva que podemos poner en práctica . Nunca nos cansaremos de repetirlo


divendres, 3 d’agost del 2018

Cuida tus ojos del sol

 
Las gafas de sol son uno de los complementos indispensables del verano, pero no son sólo un bonito elemento estético, sino que sirven para proteger los ojos de la radiación solar. Igual que protegemos nuestra piel del sol de forma adecuada debemos proteger también nuestros ojos pero, cuidado, no cualquier par de gafas bonitas valen, debemos tener en cuenta la sensibilidad personal, el tipo de luz al que nos vamos a exponer y las actividades que realizaremos.
El Ministerio de Consumo y Bienestar Social ha publicado una serie de recomendaciones que os resumimos aquí. 
  • Compra siempre gafas homologadas con el sello "CE" que garantiza el cumplimiento los requisitos legales y de seguridad para su comercialización en los países de la Unión Europea.
  • Ten en cuenta que las gafas más oscuras no siempre son las que más protegen de las radiaciones.
  • Existen cinco categorías en el filtro de las lentes en relación con el grado de luz que la lente deja pasar. Estas categorías van desde el 0 al 4 siendo el 4 la mayor protección frente al deslumbramiento. El filtro ultravioleta debe ser del 100%.
  • Además de la identificación del modelo, el nombre y dirección del fabricante, el artículo debe facilitar también el tipo de filtro, que se debe elegir dependiendo del tipo de actividad que se vaya a realizar:
  1. Filtros foto-cromáticos: responden a la intensidad de la luz cambiando su intensidad de clara a oscura. Aconsejables para conducir y personas que realizan frecuentes cambios de intensidad de luz (interior -exterior).
  2. Filtros efecto espejo: Se recomiendan para el esquí o la escalada, a pesar de que nos den sensación de mayor protección por su efecto espejo, hay que comprobar qué filtro tienen.
  3. Filtros polarizados: eliminan los reflejos de ciertos ángulos de superficies como el agua la nieve o la arena. Son muy útiles para actividades sobre superficies reflectantes como navegar, pescar o deportes acuáticos y también para conducir. Hay que tener en cuenta que el uso de  estas gafas dificulta ver a través de otros cristales polarizados (pantallas de móviles, las lunas traseras o el salpicadero de algunos vehículos, navegadores, etc.)
  4. Filtros desgradados: cuando hacemos cualquier actividad la luz se puede proyectar desde arriba o desde abajo. Si son para hacer deporte en la nieve o en el agua, se aconseja un doble degradado ya que la parte inferior será más oscura que la superior. Si son para conducir o pasear, un degradado simple es suficiente.
  • Atención a las gafas de sol para niños y niñas, son recomendables, como en los adultos, pero algunas son juguetes y pueden no dar la protección adecuada frente a las radiaciones solares.
Fuente:  http://www.aecosan.msssi.gob.es/AECOSAN/docs/documentos/consumo/Campanyas/infografia_gafas_sol.pdf