Tras las vacaciones de verano volvemos a ponernos en marcha. Con la llegada del nuevo curso son muchos los objetivos que nos solemos plantear: empezar de nuevo con el ejercicio (aunque las vacaciones siempre es un buen momento para practicarlo) y tratar de recuperarse de los excesos cometidos durante estos días de relax. En este sentido muchos pacientes acuden a nuestras consultas solicitando análisis por aquello de que "una revisión al año no hace daño". Y nos surge una pregunta: ¿es necesario realizar analíticas de rutina a pacientes sanos sin ningún síntoma ni situación de riesgo?
Los chequeos anuales en gente sana nacieron con la idea de detectar factores de riesgo y enfermedades en fase inicial. La idea es buena aparentemente. Sin embargo, lo complicado es determinar quién los necesita y qué es lo que debemos revisar. Recientemente han aparecido diversos artículos médicos que nos advierten sobre los posibles efectos no deseados de realizar chequeos de forma indiscriminada y que podrían contradecir uno de los principios de la ética médica "primum non nocere " o, dicho en castellano, "lo primero no dañar". Uno de los ejemplos frecuentes que encontramos en nuestras consultas es el de los adolescentes o adultos jóvenes, sanos y asintomáticos que acuden solicitando analíticas de rutina.
Sobre este aspecto hay algunas cosas que parecen claras :
- Parece que los chequeos anuales de forma indiscriminada a toda la población no tienen mucho sentido. Son excesivos y en muchas ocasiones conllevan la aparición de lo que en medicina llamamos falsos positivos, es decir la aparición de falsos signos de enfermedad, que obligan a la realización de pruebas complementarias probablemente innecesarias en personas sanas .
- Ningún chequeo, por mucho que incluya un elevado número de pruebas, puede asegurarnos al 100% que estamos libres de enfermedad o determinar futuros cambios que pueden producirse en nuestro organismo.
- Lo sensato sería valorar a cada paciente y establecer si pertenece a algún grupo de riesgo para determinar que actividades preventivas deberíamos tener en cuenta.
- La vacunación, seguir recomendaciones sobre estilos de vida saludables y evitar factores de riesgo como el tabaco o el alcohol, son medidas mucho más efectivas que los chequeos indiscriminados que no han demostrado reducir la mortalidad .
- En este sentido en atención primaria seguimos las recomendaciones del PAPPS (Programa de actividades preventivas y promoción de la salud), en el que se especifica cuáles son las actuaciones preventivas necesarias en función de los grupos de edad y de los factores de riesgo.
A nuestro paciente, joven , sano , y que no pertenece a ningún grupo de riesgo y que acude a nuestra consulta presa de los remordimientos tras los excesos veraniegos ,le diríamos que seguir un estilo de vida saludable ,comiendo con moderación y valorando la calidad de los alimentos , practicar ejercicio físico y evitar factores de riesgo , como el tabaco y el alcohol ,es sin duda la mejor medida preventiva que podemos poner en práctica . Nunca nos cansaremos de repetirlo