Para la entrada de esta semana contamos con la colaboración del Dr. Montes, especialista en Medicina Nuclear y actualmente residente de Medicina familiar y Comunitaria en nuestro centro de salud
Dr. Montes: ¿qué es la medicina nuclear?
La medicina nuclear es una rama de la
medicina que emplea fármacos unidos a elementos radiactivos, o
radiofármacos, para la realización de pruebas diagnósticas o
tratamientos. Las exploraciones diagnósticas disponibles actualmente
son las denominadas gammagrafías, SPECT y PET.
¿Cuál es la diferencia con una radiografía convencional?
A diferencia de las técnicas de
radiología, en este tipo de exploraciones y tratamientos la
radiactividad emana del paciente y no de la máquina que producirá
la imagen, por lo que las precauciones a seguir serán diferentes y
centradas en el individuo.
Gammacámar aHospital de Sant Pau (Barcelona )
En ese caso ¿debemos tener alguna precaución especial cuando tengan que realizarnos alguna exploración de este tipo ?
La variedad de técnicas en medicina
nuclear es muy amplia y cada radiofármaco se elimina a un ritmo
diferente, por lo que hablaremos de las precauciones generales a
seguir tras someternos a una de estas pruebas diagnósticas. Además,
cada elemento radiactivo emite una determinada energía y durante un
tiempo determinado, con lo que es primordial la individualización de
la radioprotección.
Por lo común, una vez el paciente sale
del servicio de medicina nuclear, la radiación que emite es lo
suficientemente baja para que no haya peligro para el resto de la
población. No obstante, siempre es aconsejable intentar reducir al
mínimo la dosis de radiación que recibirá la gente de su alrededor. Debemos tener especial cuidado con los
niños pequeños y los bebés que son más sensibles .
En general, los tres pilares de la
radioprotección son los siguientes:
- Tiempo: cuanto menos tiempo pasemos cerca del paciente sometido a la técnica de medicina nuclear, menos radiación recibiremos. Además, conforme pasen las horas el radiofármaco va perdiendo sus propiedades radiactivas –se vuelve estable-, y nuestro cuerpo a su vez lo habrá ido eliminando por orina o por la vía intestinal. Si la exploración se realiza por la mañana, generalmente por la tarde ya podremos incluso acercarnos a niños pequeños.
- Distancia: cada vez que doblamos la distancia a la que estamos del paciente, recibiremos cuatro veces menos radiación, por lo que alejarnos 1 o 2 metros del paciente reducirá exponencialmente la cantidad de energía radiactiva que nos llegará.
- Blindaje: es quizá la parte menos importante para la radioprotección doméstica. Esto es así porque la radiación más utilizada en técnicas diagnósticas, la llamada “gamma”, sólo se puede detener con plomo o grandes espesores de cemento. Su uso es generalizado en todo servicio de medicina nuclear, con salas de espera especialmente adaptadas para los pacientes una vez se les ha administrado el radiofármaco. Algunos elementos utilizados en algunos tratamientos presentan otro tipo de radiación: la “beta”, que se puede detener con metacrilato, y la “alfa”, de mucha más energía pero que se puede detener con una simple hoja de papel.
En cualquier caso, en vuestro servicio
de medicina nuclear os darán siempre las pautas a seguir antes y
después de someteros a una de estas técnicas, y, sobre todo en el
caso de los tratamientos, que requieren de energías mayores, las
precauciones extraordinarias a seguir en cada caso.
Os dejamos este link de la página web de la Sociedad
Española de Medicina Nuclear e Imagen Molecular (SEMNIM)
donde nos proporcionan algunos consejos e información:
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